Eider Unamuno, odontóloga: "Hay bacterias de la boca que están relacionadas con el Alzheimer o el cáncer colorrectal"
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fa73%2Ff85%2Fd17%2Fa73f85d17f0b2300eddff0d114d4ab10.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa9e%2F59a%2F5b4%2Fa9e59a5b4aa6709adb74c4fbc76d7f71.jpg&w=1920&q=100)
¿Qué puede decir tu boca sobre tu salud general? Según Eider Unamuno, odontóloga, formadora y presidenta de la Asociación Española de Odontología Deportiva, la respuesta es: mucho más de lo que imaginas. No se trata solo de caries o encías inflamadas, sino de una auténtica ventana al resto del cuerpo, capaz de revelar desequilibrios que pueden afectar incluso a la salud mental o intestinal.
“La boca es la entrada del cuerpo”, repite Unamuno a lo largo de su conversación en el pódcast 'Tiene Sentido'. Y con eso lo dice todo. En su consulta, analiza desde la forma del cráneo hasta la huella del pie del paciente. Porque sí, la pisada puede estar afectando a la mandíbula, igual que una caries puede estar relacionada con un problema respiratorio o digestivo.
Algunas bacterias orales se han encontrado en lesiones de rodilla, en el cerebro de pacientes con Alzheimer o en el intestino de personas con cáncer colorrectal. “Se están estudiando como posibles marcadores”, asegura. En el futuro, una muestra de saliva o de heces podría sustituir a una colonoscopia preventiva.
Lo preocupante es que aún vivimos con ideas erróneas sobre la higiene dental. Por ejemplo, los productos que eliminan el 99,9 % de las bacterias pueden estar haciéndonos más daño que bien. En la boca viven más de 700 especies microbianas, muchas de ellas beneficiosas y necesarias para funciones como la digestión, la protección del esmalte o el equilibrio del pH.
A su parecer, la clave no es eliminar bacterias, sino mantener su equilibrio. De hecho, hay bacterias que transforman los nitratos de los vegetales en óxido nítrico, un compuesto que mejora el rendimiento deportivo y baja la presión arterial. Si te enjuagas la boca con productos químicos tras tomarte un zumo de remolacha, despídete de esos beneficios.
No deberíamos lavarnos los dientes justo después de comer. Hay que esperar un poco, para no destruir la capa protectora que se forma en los dientes de manera natural. Unamuno recomienda cepillarse tres veces al día, pero sin obsesionarse. Y mejor aún si se termina la comida con alimentos como manzana, nueces o arándanos, que ayudan a limpiar mecánicamente los dientes.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc18%2F664%2Fc89%2Fc18664c898c32a92dc7fb00a55526684.jpg)
Respecto a las pastas dentales, invita a mirar las etiquetas y evitar ingredientes como sodium lauril sulfato, triclosán o PEGs. Apuesta por marcas ecológicas, sin tóxicos y con envases seguros, como los de vidrio. Para ella, “limpiar sin ensuciar” es la consigna a seguir.
Un complemento milenario como el 'oil pulling', enjuagarse la boca con aceite de coco o de oliva, también puede ser útil. “Arrastra bacterias sin alterar químicamente la mucosa”, explica. Es una técnica que se realiza por la mañana y no sustituye al cepillado, pero ayuda a mantener las encías saludables.
El cepillo eléctrico es su opción preferida, aunque reconoce que el de bambú gana en sostenibilidad. Lo importante es dedicar al cepillado al menos dos minutos y usar hilo dental previamente.
Una de las alertas más graves es la periodontitis, que afecta a las encías, el hueso y los tejidos que sujetan los dientes. Puede abrir la puerta a bacterias que viajan por el torrente sanguíneo y se instalan en órganos clave. “Una piorrea no impresiona, pero un cáncer sí. Y hablamos de las mismas bacterias”.
Eider no pone brackets a la ligera. Analiza el origen del problema antes de colocar un aparato. Por eso la llaman la dentista inconformista. Y por eso, también, es la autora de “La boca no se equivoca” y la impulsora de un mapa internacional de dentistas sin aparatos que trabajan con su misma filosofía.
El Confidencial